El nuevo cuerpo de obra de Rafael Uriegas parte de un encuentro fortuito de conceptos como cueva, semilla y sol. A través del dibujo, que el artista entiende como un proceso de contemplación y de ocio, formas recurrentes van apareciendo sin una intención predeterminada. Ya desde este momento Uriegas muestra un interés por el hallazgo más que por las ideas preconcebidas dentro del proceso artístico; su obra no intenta presentar afirmaciones sino más bien encontrarlas.

Esta exploración va trayendo a la mesa ideas -tanto formales como conceptuales- que pronto van adquiriendo sentido y se manifiestan a través de una diversidad pictórica: desde el dibujo una imagen es llevada a un fresco, a una tela de dos por tres metros o a un pequeño temple.

El interés por retomar técnicas tradicionales de pintura, entendiendo por tradicional los medios previos al advenimiento del óleo, como el temple, el fresco y la encáustica, proviene de una búsqueda mística en el proceso mismo. Uriegas califica como “conocimiento abstracto” aquello que emerge del proceso; ese aprendizaje que brinda la mezcla de pigmentos con el huevo o la utilización de la cal, ya sea en el fresco o la media creta; entendimiento que parte del hacer y no del saber.

Por otro lado, resalta la investigación cromática en las pinturas de Uriegas, que por un lado atiende a cuestiones puramente orgánicas, como su composición, y por otro lado a cuestiones formales. Las pinturas de Rafael se alejan de los intereses modernos como la perspectiva y el volumen, para crear obras en apariencia planas pero que en realidad son una construcción espacial a través del color.

Finalmente, por medio de la transferencia de estos dibujos a distintos formatos de pintura, Uriegas va creando una mitología propia, que proviene de una cosmovisión ancestral, cargada de simbolismos que se vuelven ideas sagradas en su concepción del mundo. Así, la cueva, en una asociación con el útero, es generadora de vida; la semilla es el porvenir y el cambio; el sol es la vida y la muerte. Entendiendo la creación artística como un proceso que va de la contemplación al hallazgo y la exploración, Uriegas lleva estos conceptos a la pintura contemporánea a través de una creación abstracta y simbólica. Su obra se vuelve entonces una búsqueda espiritual a través de motivos autónomos que aparecen por si mismos haciendo evidentes las construcciones mentales que rigen su mundo.

Andrea Bustillos Duhart.