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Después de casi una década de residencia en Nueva York, Madera llegó a la Ciudad de México hace un año y medio, y ha encontrado su paraíso en esta ciudad llena de contrastes, belleza y confusión. La ciudad, como la vida, nos llena de experiencias tan terribles como maravillosas, y es el reto personal – o el maratón de cada día- hacer de ella un paraíso.
El trabajo de Héctor Madera surge de experiencias personales y de la observación de situaciones cotidianas en las que se ve reflejada la lucha del día a día. Situaciones embarazosas, circunstancias desafortunadas y logros insignificantes son la inspiración de su práctica artística. A través de distintos medios que van del collage, esculturas en neón y pinturas a gran escala, Madera evoca estados emocionales que van de la tristeza y frustración, al éxtasis y la alegría.
Tras varios años de experimentar con otros medios, Madera retoma la pintura “tradicional” para convertir los lienzos en una extensión de su cuaderno de notas. A modo de sketch, estas pinturas son un reflejo de su cotidianeidad, una superposición de ideas, pensamientos y referencias visuales que forman parte de su imaginario personal.
Según el trend forecast de Pantone, el color de la primavera 2018 será el amarillo, un color que irradia valentía, audacia y confianza. Este año, quizá más que nunca, vale la pena ser valientes, audaces y confiar.
HÉCTOR MADERA – Y CUANDO UNO VIVE EN EL PARAÍSO, YA UNO NO QUIERE IRSE TAN PRONTO
FEBRUARY 2 - MARCH 30, 2018
When we think of Paradise, it comes to our mind idyllic landscapes, the sea, palm trees and fields full of flowers. But for Hector Madera (Bayamon, Puerto Rico 1977) paradise is not the promise of the hereafter, it’s the life in present tense.
After more than 10 years living in New York, Madera came to Mexico City to found his own personal paradise in this city of contrast, beauty and confusion. The city, just as life, fills us with experiences both beautiful and terrible, and it’s our own personal challenge, our daily marathon, to make of it the best we can.
Hector Madera’s work stems from personal experiences and the observation of everyday situations in which the day-to-day struggle is reflected. Embarrassing situations, unfortunate circumstances and insignificant achievements are the inspiration of his artistic practice.
Through different means, ranging from collage, neon sculptures and large scale paintings, Madera evokes emotional states of being: from sadness and frustration to ecstasy and joy. After several years of exploring with different materials, Madera comes back to “traditional” painting using the canvas as an extension of his notebook. Just as in any of his sketches, these paintings reflect his everyday life. They work as the juxtaposition of random thoughts and visual references that create his whole personal imaginary.
… Y cuando uno vive en el paraíso, ya uno no quiere irse tan pronto…
Cuando pensamos en el paraíso nos vienen a la mente paisajes idílicos, playas, palmeras, jardines, campos y flores. Pero para Héctor Madera (Bayamón, Puerto Rico, 1977) el paraíso no es la promesa del más allá, sino la vida en el más acá.
Después de casi una década de residencia en Nueva York, Madera llegó a la Ciudad de México hace un año y medio, y ha encontrado su paraíso en esta ciudad llena de contrastes, belleza y confusión. La ciudad, como la vida, nos llena de experiencias tan terribles como maravillosas, y es el reto personal – o el maratón de cada día- hacer de ella un paraíso.
El trabajo de Héctor Madera surge de experiencias personales y de la observación de situaciones cotidianas en las que se ve reflejada la lucha del día a día. Situaciones embarazosas, circunstancias desafortunadas y logros insignificantes son la inspiración de su práctica artística. A través de distintos medios que van del collage, esculturas en neón y pinturas a gran escala, Madera evoca estados emocionales que van de la tristeza y frustración, al éxtasis y la alegría.
Tras varios años de experimentar con otros medios, Madera retoma la pintura “tradicional” para convertir los lienzos en una extensión de su cuaderno de notas. A modo de sketch, estas pinturas son un reflejo de su cotidianeidad, una superposición de ideas, pensamientos y referencias visuales que forman parte de su imaginario personal.
Por otro lado, los enredos en neón hacen referencia, nuevamente, a la confusión de la vida, pero no en un sentido peyorativo, sino en una forma de caos llena de belleza y luminosidad, donde no parece haber principio ni final – pues en realidad ¿qué más da?
Sin duda, uno de los medios favoritos de Madera es el collage, y en la serie de obras Yo feliz, AMANDOME, hace un despliegue de las posibilidades visuales que este medio brinda. Con evidente referencia hacia las flores de Andy Warhol, estos collages buscan enfatizar los principios de repetición y unicidad que aquel propuso, agregando por supuesto, ese toque de humor tan característico de su obra. Además, ¿a quién no le gustan las flores en medio de tanta mierda?
Según el trend forecast de Pantone, el color de la primavera 2018 será el amarillo, un color que irradia valentía, audacia y confianza. Este año, quizá más que nunca, vale la pena ser valientes, audaces y confiar.