MERIKE ESTNA – DOMESTICMINDCRAFT
JANUARY 30 - FEBRUARY 29, 2016
Merike Estna’s pictorial production establishes a series of critical stands before painting as an institution. What are the implications of shifting and activating a painting in natural scenarios that remit to the Romantic School of the 17th century? What happens with the time-history relationship of painting when confronted with its own clichés? What are the political veils that are heightened because of these tensions?
Both through Estna’s artistic proposal, and through the visitor’s experience, these questions and its possible answers are articulated through the corporality and space of the artist, the pieces and us. A sense of immersion is generated at different scales of dissent before the heteronormative nature of painting and art itself.
Confronted by this, Merike puts at stake the normativity of gender and of the language of painting, provoking a sense of performativity behind the experience. Through what categories do we see and relate to art? Just as Pollock’s Abstract Expressionism instrumentalized the painting by a violentization of the pictorial gesture through the body, Merike Estna amplifies her corporality through a refined humor that is activated as a critical agent of the masculine.
Estna reflects her concerns of the use and meaning of the feminine body in western cultures, and also in post-soviet countries, who even though share those uses and conceptions with the rest of the world, do tend to conceive the symbolic creation produced by a feminine subjectivity as craft and are considered incapable of producing a critical discourse through art.
Hence, the pictorical space for Estna reveals its possibilities as a place of assembly and exchange of subjectivities, presented by the objects that are re-signified before each specific cultural context in which Merike works.
Octavio Avendaño Trujillo
Curator
La producción pictórica de Merike Estna establece una serie de posiciones críticas ante la institución de la pintura. ¿Qué implica trasladar y activar una pintura en escenarios naturales que remiten a la escuela romántica del S.XVII? ¿Qué sucede con el tiempo-historia de la pintura al ser confrontada con sus propios clichés? Y ¿Cuáles son las veladuras políticas que sobresalen en estas tensiones?
Tanto en la propuesta artística de Estna, como en la experiencia de los visitantes, estas preguntas y sus posibles respuestas se articulan desde la corporalidad y el espacio de la artista, de la obra y de nosotros. Se genera una especie de inmersión en diferentes escalas de disentimiento ante lo heteronormativo de la pintura y del arte mismo.
Ante ello, Merike pone en juego la normatividad de género y del lenguaje de la pintura, provocando una performatividad de la experiencia. ¿Cuáles son las categorías mediante las que vemos y nos relacionamos con el arte? Así como el expresionismo abstracto, como el de Jackson Pollock, instrumentalizó masculinamente la pintura desde una violentación del gesto pictórico a partir del cuerpo, Merike Estna amplía su corporalidad a partir de un refinado humor que se activa como agente crítico de lo masculino.
Estna refleja diversas preocupaciones del uso y significado del cuerpo femenino en occidente y sobre todo en países post-soviéticos, que si bien no cambian esos usos y significados en el resto del mundo, sí se caracterizan por concebir la creación simbólica producida por una subjetividad femenina como artesanía y se les son consideradas incapaces de producir sentido crítico desde el arte.
De ahí que el espacio pictórico sea para Estna una posibilidad de encuentro y de intercambio de subjetividades dado por los objetos que se resignifican a partir de cada contexto cultural en el que Merike trabaja.
Octavio Avendaño Trujillo
Curador