Allan Villavicencio - Pieles ciegas
APRIL - JUNE, 2021
Pieles ciegas consists of a series of paintings and sculptures arranged around a large-dimension landscape, El cortejo [Courtship]*. Painted as a triptych, this work is wagered on the contradiction between visual illusions on the canvas and how one of its panels plays out in tension with the physical space of the gallery.
This new body of work continues Villavicencio’s exploration of perception in painting. With a visual language that connects tangible and virtual realities, he animates diverse visions in which the materiality of color acts both as visual interruption and bodily activity.
The works that make up Pieles ciegas generate an oscillation between surfaces and volumes, described in the artist’s own words as an “invitation to explore a ‘residual landscape’ (landscape-fragment) created out of reminiscences of my everyday surroundings.” Here, both shapes and motifs appear and disappear in successive mutations and gradations over the course of a process of pictorial composition that has extended its residues into the gallery.
In this sense, Allan Villavicencio’s spatial imaginary refers to the changing state of material during an image’s construction, both visually and physically. By juxtaposing accumulation and excavation – and making use of multiple layers of paint and textiles – his works reveal the hidden, the impalpable, and the phantasmagoric side of things.
For all their formal quality, Allan Villavicencio’s works are sensitive pieces that heighten the imagination through their interaction with sensory reality. Pieles ciegas thus plays with a material eroticism that reveals metaphors for the formed and the formless; of the inanimate and the living.
* Fernanda Ballesteros’s text that accompanies the exhibition is inspired by the spatial and material narratives entail in this piece.
Translation: Kit Schluter
Pieles ciegas consiste en una serie de pinturas y esculturas que se construyen alrededor de un paisaje de grandes dimensiones: El cortejo*. Pintada a manera de tríptico, la obra apuesta por la contradicción visual entre la construcción de una ilusión pictórica sobre el lienzo y el despliegue de uno de sus paneles en tensión con el espacio físico de la galería.
Este nuevo cuerpo de obra continúa con la exploración de Villavicencio sobre cómo funciona la percepción en la pintura. Mediante un lenguaje visual que conecta realidades tangibles y virtuales, él anima visiones versátiles donde la materialidad del color actúa como interrupción visual y como actividad corporal.
Las obras que conforman Pieles ciegas generan un vaivén entre planos y volúmenes, descrito en las palabras del artista como una “invitación a recorrer un ‘paisaje residual’ (paisaje-fragmento) creado a partir de las reminiscencias de mi entorno cotidiano”. Tanto motivos como figuras aparecen y desaparecen a través de mutaciones y gradaciones sucesivas en un proceso de composición pictórico que extiende sus residuos en la galería.
El imaginario espacial de Allan Villavicencio se refiere en este sentido al estado cambiante de la materia en el proceso de construcción de la imagen, tanto visual como físicamente. En contradicción entre acumulación y excavación —haciendo uso de múltiples capas de pintura y textil— sus obras revelan lo que se esconde, lo impalpable, lo fantasmagórico.
A pesar de su calidad formal, las obras de Allan Villavicencio son piezas sensibles que potencializan la imaginación mientras se cruzan con la realidad sensorial. Pieles ciegas juega así con un erotismo material que devela metáforas de lo formado y sin forma; de lo inanimado y vivo.
* El texto de Fernanda Ballesteros que acompaña la exposición se inspira en la obra y en la narrativa espacial y material que esta conlleva.